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Los fallos del campeón

Tras una dura preparación, llegó el día. Vas concienciado. Reproduces esa música que ayuda a tu motivación. Te aíslas del resto. Te concentras. Visualizas el levantamiento. Todo por lo que has luchado tanto tiempo está a tu alcance. Tu corazón comienza a latir más rápido. Comienzas a realizar tu calentamiento y tus series de aproximación. Te sientes bien. Te notas rápido. Llega el momento. No existe nada más. Tú y la barra; la barra y tú. Te sitúas. Tu corazón parece romper tu pecho. Inicias el movimiento. Luchas por levantarlo…y fallas. Has fallado.

El sujeto del anterior párrafo podrías ser tú, querido lector. Todos los que en algún momento hemos seguido una planificación para mejorar la marca de un levantamiento en concreto nos hemos visto en una situación de similares sensaciones. Ese momento en el que por más que lo sufres, los kilos no hacen por moverse y terminas fallando el movimiento. De repente, ahí estás tú, sentado en el suelo, cabizbajo, de mal humor, desmotivado, maldiciendo el momento en el que decidiste iniciar el movimiento. En serio, ¿no conoces esa sensación? Permíteme decirte entonces que no estás jugando todo lo fuerte que deberías.

Hemos de tener claro que nuestro cuerpo no es una máquina perfecta. No, no somos perfectos y no debemos pretender serlo ya que, ¿no crees que sería muy aburrido? Todo nos sale al primer intento, no hay sudores fríos recorriendo nuestro cuello, no hay emociones…y no hay ganas de trabajar más duro. Estamos en un mundo en el que se obtiene tanto beneficio de lo sencillo que nos hemos vuelto vagos. Vagos por no querer buscar más, por no querer aprender más, por no querer esforzarnos más. Nos hemos acomodado en nuestra zona de confort y no queremos salir. ¿Sabes por qué? Porque tenemos miedo. Miedo a salir de ella, esforzarnos, sacrificarnos, luchar por más…y terminar perdiendo.

Déjame decirte que fallar es parte del camino, ya sea en el deporte u otro ámbito personal. Si nunca fallas nunca podrás saborear el triunfo. Todos los campeones han fallado, fallan y seguirán haciéndolo. Es parte del proceso de mejora y es parte de la esencia de un campeón. Porque lo que los hace grandes no son los momentos de gloria. Lo que los hace grandes son los momentos en los que se sobrepusieron a las adversidades, los momentos en los cayeron y volvieron a levantarse con ganas de trabajar más duro y con mayor ímpetu.

Tendemos a valorar los triunfos. Sin embargo, lo realmente importante a valorar, es el camino recorrido hasta esos momentos de éxtasis y felicidad. Así que tú, que estás leyendo esto, no tengas miedo, nunca, a fallar. Solo fallan quienes lo intentan y solo fallan los que no tienen miedo a ser campeones. Falla para tocar la gloria porque tú, que me lees, eres un campeón.

Javi MMTenerife

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