La importancia del descanso

Son muchas las veces que profesionales, personas cualificadas o, simplemente, personas con una experiencia mucho mayor que la nuestra, nos aconsejan el descanso como una herramienta fundamental en la búsqueda del progreso y la mejora. No obstante, en nuestra cabeza siempre tiende a replicar una vocecilla que nos dice: “No, cuanto más, mejor.” No podría estar más equivocada esta pequeña.

Hemos de ser conscientes que, cuando nos encontramos entrenando, ya sea con vistas a una competición o por mero hobby, nuestro cuerpo no se encuentra en ese momento “construyendo”, sino “destruyendo”. Desde que empezamos el entrenamiento, nuestro cuerpo comienza a romper una cierta cantidad de fibras musculares y, dicho proceso, no se detiene hasta que finalizamos la sesión. Es a partir de ese momento, y en especial cuando nos encontramos durmiendo, cuando comienza la reparación y construcción de tejidos musculares más grandes, más fuertes y más resistentes. En otras palabras, creces cuando descansas.

Sin embargo, no hemos de pensar que el descanso es algo universal, con unos parámetros ya establecidos para todas las personas. Cada persona es diferente, ya sea en su tipo de entrenamiento, objetivo, sexo o edad. La duración del descanso es algo único en cada persona, siendo algo con lo que el individuo deberá experimentar hasta encontrar el punto exacto que le permita una recuperación completa y le asegure un rendimiento óptimo en su próxima sesión. Ya sea en base a horas de sueño o días completos de descanso, cada persona ha de “ensayar y fallar.”

En cuanto a suplementación, el abanico es amplio, pudiendo encontrar en el mercado una gran cantidad de productos que promueven un mejor descanso y, por consecuente, una mejor recuperación. En este apartado podemos encontrar desde los clásicos extractos de plantas, como la valeriana o la tila, hasta suplementos como la melatonina o el triptófano. Tocará a cada persona, nuevamente, encontrar aquel que le resulte beneficioso y ajustar una dosis adecuada a sus necesidades.

Por ello, es crucial tomarse el descanso tal y como nos tomamos cada una de nuestras sesiones en la sala: con rigor y seriedad. No hemos de caer en el error de pensar en el descanso como algo que limitará nuestras ganancias y sí tomarlo como un impulso para estas. Además, y como siempre aconsejo, podemos tomarnos los días de descanso como “descanso activo” y realizar otro tipo de actividades menos demandantes, tanto a nivel físico como mental, con nuestra familia y amigos. Entrena, come y descansa que, el resto, vendrá solo.

Javi MMTenerife